El home office o hacer una rutina de home office se ha convertido en la rutina y el salvavidas de miles de empresas en estos tiempos de coronavirus, las cuales buscan transitar lo mejor posible en esta época.
¿Alguna vez te imaginaste no poder salir de casa? ¿Pensaste en la posibilidad de tener que trabajar de manera obligatoria en tu hogar?
Acerca del home office
Datos de la Ley Federal del Trabajo, destacan que sólo 2 de cada 10 empresas en México están preparadas para aplicar esa modalidad de empleo. Lo que pone a México en un clima complicado.
Es por lo que, ante esta alternativa, Lithiumpr México te comparte algunos consejos para llevar esta experiencia de realizar home office a buen puerto.
- No te quedes en pijama: Aunque suene trillado. Vístete como si fueras a ir a trabajar, esto te ayudará a iniciar tu día de manera positiva y despejada. Será el inicio para marcar tus tiempos en el día.
- Busca tus espacios: Es necesario identificar un lugar adecuado que te permita trabajar cómodamente y sin interrupciones. Aléjate de los sitios donde puedan estar los aparatos electrónicos u otros distractores.
- Organizar tu casa y tu espacio de trabajo: Debes mantener tu casa limpia, las cosas en su lugar y tu escritorio en orden. Busca que cada cosa esté en su lugar, como si fuera tu lugar de trabajo, para que no tengas que pararte por cosas y eso te distraiga de tus actividades.
- Delimita tus horarios: Llega a acuerdos con tus jefes y compañeros de cuándo estarán todos disponibles. Trabajar en casa no quiere decir que no te pueda hablar nadie, pero tampoco significa que te puedan contactar en cualquier momento o a toda hora.
- Ponte limites: Que estés en casa, no significa que tengas que hacer todo en un solo día o por el contrario que no hagas nada. Organízate de tal manera que el día te alcance como si estuvieras en una jornada normal en la oficina.
Hacer home office puede ser una de las mejores experiencias, ya que reduce costos y tiempos. Es el momento ideal para demostrar que puedes someterte a esta dinámica laboral sin morir en el intento.