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El picante ha acompañado nuestra gastronomía a lo largo de la historia, sin embargo, más allá de la tradición, ponerle salsa o picante a todo… tiene una explicación científica
Todo el mundo sabe que en México tenemos un gran acompañante para la comida, “el chile”, ya sea que lo podamos encontrar como: en salsa, en polvo o incluso en la forma natural de fruta, pero en algún momento te has preguntado ¿por qué le ponemos salsa y picante a todos los platillos que comemos? Para saber esto, El Tizoncito, los Creadores del Taco al Pastor, te cuentan un poco de historia.
El chile, también conocido como “chilli” en náhuatl, se hizo presente en la comida mexicana desde la época prehispánica, pues fue uno de los primeros cultivos que nuestros antepasados lograron domesticar, es así como este ingrediente nos ha acompañado a lo largo de la historia de nuestra gastronomía y gran parte de los platillos que comemos a diario tienen algún toque de picante en sus diferentes versiones.
La comida mexicana es tan amplia, variada y con tantas técnicas que se han logrado combinaciones deliciosas que acentúan sabores y en El Tizoncito sabemos que una buena salsa es la clave. Por lo mismo, nos ha acompañado en grandes comidas y bebidas como en: pizzas, sopas, hamburguesas, sushi y cervezas, pero especialmente le ponemos una gran cantidad de salsa a los tacos.
Sin embargo, aunque son sabores que en general disfrutamos, la salsa o el picante nos genera reacciones físicas que nos hacen querer más y por ello, no basta que la comida tenga un poco de picante, necesitamos agregar salsa una y otra vez, aunque estemos enchilados y con secreción nasal.
De acuerdo con el Instituto Mexicano del Seguro Social, el chile tiene un componente llamado “capsaicina” la cual es la causante de la sensación de quemazón en la boca y estimula la liberación de endorfinas, en pocas palabras, gracias a la capsaicina lloramos, sudamos y le sufrimos un poco al comer picante.
Al comer salsas o picante, con la Capsaicina, se liberan opioides y endorfinas que neutralizan la sensación de dolor y se genera una sensación agradable que causa la necesidad de a seguir comiendo la salsa o el picante.
Ya que los mexicanos somos algo así como masoquistas gastronómicos y disfrutamos las salsas, El Tizoncito ha renovado 6 de sus salsas como antesala a su aniversario 57.
Conoce nuestra nueva familia salsuda:
- – Salsa Verde: elaborada con chile serrano y tomate verde. Ideal para quienes no son tan aventados
- – Salsa Morita (la clásica): elaborada a base de chile morita y tomate verde, es por excelencia nuestra salsa tradicional desde hace casi 57 años
- – Salsa Tatemada (nueva): un nuevo integrante para darle sabor a los tacos. Elaborada a base de chile serrano, jitomate saladet, orégano y cilantro. Sin duda aporta un sabor que picor medio que resalta el sabor de nuestros platillos, además de dar ese sabor “ahumado – quemadito” que queda perfecto con los tacos
- – Salsa especial (nueva): para aquellos que ya disfrutan de un picor más alto, la salsa especial está elaborada a base de 3 chiles (ancho, guajillo y árbol) y el toque secreto: chicharrón… una picosa explosión que debes probar en tu próxima visita a El Tizoncito
- – Salsa Macha (nueva): introducimos nuestra versión de salsa macha elaborada con 3 chiles (guajillo, morita, árbol) y semillas como cacahuate, pepita, ajonjolí, entre otras… ¡Cuidado, está al limité del picor!
- – Salsa porfiriana: nuestra consentida para verdaderos amantes del picor. La porfiriana que tiene un verde inofensivo, resulta engañosa al ser la más picosa de todas, apta para los más atrevidos.
Con nuestras nuevas creaciones complacemos a todos, los que son muy aventados y les gusta enchilarse y también a aquellos que solo gustan de un distintivo en el sabor para acompañar el taco.
Podrás encontrar las nuevas salsas en una de las 15 sucursales de El Tizoncito que hay en CDMX para más información visita www.eltizoncito.com.mx/sucursales
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